¿Se puede vivir sin arte en el hogar? Algunos podrían argumentar que sí. Pero lo cierto es que el arte es muchísimo más que objetos bellos destinados a los muros de un museo, o simples piezas de decoración para darle color al living: es una forma de relacionarnos con el mundo, con el otro y con nosotros mismos. Y, sin embargo, todavía muchos no se animan a incorporarlo a su casa.

Aquí enumeramos siete razones por las que un hogar necesita arte: 

  1. “Ilumina” la habitación en la que se encuentra.

Una sola obra de arte es capaz de transformar por completo la atmósfera de un espacio. Los muebles y objetos decorativos de diseño llamativo suelen atrapar la mirada por unos segundos, pero una obra puede transmitir una emoción, un mensaje o una historia que dé vida a tu hogar, invitando a contemplarla con verdadera fascinación. Tu hogar es donde pasas gran parte de tu vida, así que rodearte de arte que ames no solamente permite sentirte cómodo, sino también estimulado. Además, al actuar como centro de interés, le da armonía a una habitación y la hace lucir terminada.

  1. Nos conecta con el otro.

Una obra de arte es una conversación. No importa que recibas a un desconocido o un extranjero en tu hogar, seguro tendrán un comentario u opinión acerca de la obra que escogiste para tu living, pues su lenguaje es universal. No es necesario tener conocimiento previo de arte o haber vivido en determinado contexto para entender una obra, cada quien construye una interpretación propia, capaz de dar paso a un rico intercambio. Incluso el proceso de adquisición de la obra ya es una historia que contar. Pero, sobre todo, una obra te permite expresar inmediatamente a quien te visite quién eres, pues si amas esa obra tanto como para colgarla, algo dice sobre ti.



  1. Refleja e interpela quiénes somos.

El arte provoca emociones, recuerdos y pensamientos. Nos alegra, inspira o simplemente produce paz. Nos invita a mirar dentro y fuera de nosotros mismos, a interrogarnos sobre los grandes temas y a desafiarnos en nuestra manera de actuar. El solo imaginar el proceso que un artista atravesó para terminar una obra, ya nos obliga a reflexionar sobre nuestras perspectivas. El arte, finalmente, abre mundos. Y la forma en que reaccionamos a él termina por abrirnos a nosotros mismos.

  1. Nos confronta con perspectivas diferentes.

Viniendo de un contexto distinto al nuestro, un artista puede mostrarnos algo completamente nuevo, interesante o incómodo. A veces, solo con su técnica o soporte, ya nos desafía a salirnos de nuestra zona de confort y a cambiar nuestra visión de las cosas. ¿Nos importa, entonces, solamente la belleza? Y la belleza, ¿qué es? las respuestas a estas preguntas siempre son tan dispares como apasionantes. Pero lo que sí sabemos con toda seguridad es que el arte puede y debe movernos.



  1. Nos estimula a dar lo mejor de nosotros.

Detrás de cada obra, hay un artista que entregó su tiempo, esfuerzo y experiencia para crear algo hermoso y permanente. Una pasión a la que a veces nos es permitido acercarnos, cuando tenemos la oportunidad de conversar con el artista o visitar su taller. Esto nos empuja a ser proactivos, a crear y a arriesgarnos. Nos lleva a exponernos ante los demás, abrirnos a la crítica y, en consecuencia, a crecer como personas. Este proceso tan valioso también involucra a los niños.  

  1. Le da valor a nuestro hogar.

Una obra de arte es una inversión. Eleva el valor de tu propiedad y, a la vez, encarna un valor en sí misma que podría aumentar con el paso del tiempo. Pero lejos del factor monetario, adquirir arte hace que, de alguna manera, nosotros nos transformemos en amantes del arte y nuestro hogar en una suerte de museo. Que nuestra visión en un momento particular de nuestra vida después sea legada a nuestros seres queridos. Esto es algo que un póster u objeto decorativo producido en masa jamás podrá logar: una experiencia única.

  1. Muestra que apoyamos el ecosistema del arte.

Ser artista no es sencillo. Es un oficio que muchas veces se realiza a costa de tener estabilidad económica o en paralelo a un empleo que ofrezca mayor sustento, para seguir desarrollando su vocación. Cuando adquieres una obra de arte, no solo apoyas al artista, sino también a toda la cadena de personas que hace posible que esa obra llegue hasta ti: museos, galerías, escuelas de arte, curadores, coleccionistas, marchantes, entre muchos otros actores del mundo del arte. Estás invirtiendo en el futuro, lo cual, cómo no, nos beneficia a todos.

#paraquesirveunaobradearte #quesonlasbellasartes #característicasdelarte #artepintores #obrasdearteelegantes