La pintura de Carlos Maturana −Bororo− es inconfundible. Intuitiva, gestual, de brochazo seguro y manchas expresivas que dan vida a escenas cotidianas y contingentes, acusando en muchas de ellas una denuncia social a través de su fuerza cromática y su gráfica aparentemente sencilla, pero compleja a la vez. "Mi creación tiene que ver los acontecimientos históricos y geográficos del planeta. Uso el sarcasmo para denunciar. Mi pintura, finalmente, es tratar de lograr un equilibrio entre el drama y el humor”, dice Bororo, uno de los artistas chilenos más reconocidos de las últimas décadas, quien ha recibido múltiples premios y reconocimientos, y cuyas obras se han exhibido Chile, Inglaterra, Francia, España, Italia, Argentina y Estados Unidos.
Desde que irrumpiera en la escena como parte de la llamada generación de los 80, junto a Samy Benmayor y Matías Pinto D'aguiar, entre otros, su obra llamó la atención no solo porque implicaba un rescate de la pintura como lenguaje pictórico, en esos años, sino porque exploraba un estilo único que se mueve, hasta hoy, entre lo abstracto y lo figurativo.
Como lo describió el Premio Nacional de Humanidades y Ciencias Sociales, José Zalaquett: "No se puede evitar ser pintor cuando se tiene las notables dotes plásticas naturales que posee Bororo y, sobre todo, su afán de búsqueda constante −a la vez esperanzado e impotente− de la suprema quimera visual: aprehender toda la realidad, tangible e intangible, a través de medios pictóricos".
Obras en colecciones públicas
Museo Nacional de Bellas Artes, Santiago, Chile.
Museo de Arte Contemporáneo, Santiago, Chile.
Museo de Arte Moderno de Chiloé, Castro, Chile.
Museo de Artes Visuales, MAVI, Santiago, Chile.
Museo Municipal de Bellas Artes de Valparaíso, Chile.
Asociación Chilena de Seguridad, ACHS, Policlínico del Trabadador, Coihaique, XI
Región, Chile.
Colección Compañía Cervecerías Unidas, CCU, Santiago, Chile.
Colección de Arte Nestlé, Chile.
Escuela Mariano Latorre, Curanilahue, Chile.
Pinacoteca Universidad de Talca, Chile.